ESTRATEGIA: Dedicarse al póker es más difícil de lo que se piensa


Toda persona que juega al póker tiene un “límite”, un nivel que ya no va a superar independientemente de lo que pueda seguir trabajando y esforzándo para llegar al siguiente nivel. En el póker, cada jugador tiene su tope.

Sin embargo, la mayoría de los jugadores nunca llegan a este nivel máximo porque sólo muy pocos trabajan tan duro como para conseguir alcanzar el mismo. Para llegar a este límite hay que trabajar mucho y durante largos periodos de tiempo.

Cada dos años, aproximadamente, se produce un ciclo en los jugadores por el que éstos evolucionan de diferentes formas. Hay muchos que hace dos años jugaban en límites 5/10 y que ahora están participando en 2/4 o inferiores.

Hay algunos que han dejado incluso el juego por completo. Sin embargo, hay otros que deciden seguir luchando y que se mantienen en las mismas apuestas que hace dos años, o incluso que han aumentado el valor de las mismas.

También ocurre que cuando un jugador alcanza su tope personal, a partir de ese momento, los ingresos empiezan a disminuir porque no puede superar el nivel en el que se encuentra. Ganar poco a poco se convierte en algo más complicado.

Un error bastante habitual entre los jugadores, es que aumentan de nivel muy rápidamente cuando tienen una buena racha, pero sin pensar con la cabeza fría. Por eso aumentan las apuestas y ganan varias cajas en un determinado tiempo.

Sin embargo, cuando esto ocurre, los jugadores no están preparados para afrontar el nivel en el que se ven de repente envueltos. Esto conlleva importantes pérdidas en juegos en los que, si no se hubieran abalanzado, se habrían dado cuenta de que estaban por encima de sus oportunidades.

Todo esto hace del póker sea un juego que funciona de forma similar a la cadena alimentaria, es decir, que el dinero se mueve hacia los mejores jugadores.

La verdad es que sólo deberías aumentar las apuestas cuando te hayas demostrado a ti mismo que vas a poder afrontar un nivel superior y cuando tengas el dinero suficiente para hacerlo, porque nunca hay que olvidar que se puede ganar, pero también perder.

Convertirte en un jugador profesional también conlleva una responsabilidad bastante seria, por lo que tienes que poner tu corazón, tu mente y tu alma en el juego durante largos periodos de tiempo, porque para subir de nivel necesitas tiempo y preparación.

Además, la valoración que tengas de ti mismo va a jugar un papel muy importante a la hora de tu forma de afrontar las mesas de póker a las que te enfrentes.
Da igual lo bueno que seas, todos y cada uno de los jugadores de póker pasa por malas rachas y por momentos en los que las pérdidas van a ser muy elevadas.

Por eso es muy importante que tengas una personalidad fuerte que te haga disfrutar por encima de todo, mantener tu habilidad y desarrollarla y seguir disfrutando de la vida fuera del mundo de las cartas.

Para tener éxito necesitas tener algo más que el póker. Un grupo de amigos, diferentes hobbies, viajar o cualquier otra actividad van a ser esa vía de escape que te va a ayudar a desconectar del póker y que va a tener un impacto muy positivo en tu vida diaria.

El póker es un juego muy satisfactorio y no olvides que “es una manera difícil de conseguir una forma de vida fácil”.

Saludos Cordiales,
Staff CHILEALLIN.com

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