ESTRATEGIA: Doyle Brunson – Cuando NO hacer call


En el poker, hay veces que tiene sentido hacer call a una apuesta y otras que veces que no tiene ninguno. Lo que te voy a contar a continuación lo he aprendido a lo largo de estos 30 años y es una de mis historias favoritas:
En el Casino Dunes de Las Vegas paseaba lentamente un joven con aspecto del oeste, con aquella gran hebilla en su cinturón… Sus zancadas eran exageradas hasta nuestra mesa de no-limit hold ’em, reflejando a un cowboy pero con pintas de urbanita, alguien a quien nadie en Texas tomaría en serio.
Aquel joven solía decir: “Soy Clarence, vengo de Florida y estoy aquí para jugar al poker”.
Del otro personaje que acompañará a Clarence en esta historia no recuerdo el nombre, porque sólo jugó esa noche. Bueno sí que lo recuerdo pero lo llamaré Pete, ya que es un jugador de poker contrastado y no quiero avergonzar a nadie.
Clarenece había venido a jugar al poker, pero era obvio que no sabía cómo hacerlo. Parecía como si estuviese intentando imitar al popular protagonista de la serie de televisión Maverick y decía cosas del tipo: “Mi papá me ha dicho esto, mi papá me ha dicho lo otro”.
Pete hizo una gran apuesta y Clarenece intentó amedrentarle pero Pete siguió confiando en sus posibilidades: “Mi padre dice que si un hombre no te mira a los ojos, está probablemente faroleando”, afirmó Clarence, haciendo call y ganando la mano.
Entonces Pete le contestó: “No significa nada que no te haya mirado a los ojos. Podría tener una buena mano y no haber actuado de esa manera. Pero has tenido suerte y has ganado esta mano”.
Con la partida más avanzada, Clarenece echó una gran apuesta a Pete, quien orgulloso se mostró como si guardase tres ases. Habiendo cuatro cartas de diamantes en la mesa y seguro de que Clarence tenía el As que faltaba (el de diamantes), Clarence dijo “Mi papa dice que si un hombre muestra su mano, debes ser educado y mostrar tú también la tuya”, y entonces él enseñó su farol.
Después de eso, fue todo un bajón para Pete, quien parecía cada vez más y más desorientado cuando se enfrentaba a Clarence en un pot. No sabía qué hacer y ¡casi siempre le hacía call!
Pero eventualmente Clarenece fue perdiendo manos hasta quedar desplumado. El forastero jugador no estaba al mismo nivel que el resto de la mesa y se dedicó a repartir dinero entre todos los jugadores, todos excepto Pete.
Más tarde, al ser preguntado por la situación que había vivido, Pete confesó por qué le había estado viendo un pot tras otro a Clarence con manos muy débiles: “Estaré casado antes de que ese idiota me vuelva a farolear y después reírse de cómo lo ha hecho”.
Y aquí llegamos a lo que les quiero transmitir desde un principio: Hay muchas razones para hacer call en el poker, muchas veces tiene todo el sentido, pero no en las que Pete lo estaba haciendo contra Clarence: Cuando un extraño viene a tu ciudad (entiéndase alguien que no es habitual de tus partidas caseras) y te enseña un gran farol, es muy probable que esté planeando farolearte en el futuro otra vez. El poker no es una cuestión de orgullo, sino de rangos y estadísticas.
Saludos Cordiales,
Staff CHILEALLIN.com

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