Los ganadores saben enfrentarse a la adversidad

[ATTACH=CONFIG]553[/ATTACH]Saber enfrentarse a la adversidad nos ayudará a jugar poker mejor.
Todos hemos visto a un golfista profesional errar un tiro fácil. Debe olvidarse de ese tiro si quiere continuar jugando bien el resto de la ronda.
Sabe que si piensa en ello, afectara sus resultados.
El mismo tipo de adversidad les ocurre a los jugadores de poker. Para olvidarlo, uno debe repetirse: “Se terminó, es historia, hay que olvidarlo y continuar”. No queremos que nuestros oponentes se percaten que estamos enojados por algo porque aprovecharán para sacar ventaja. Saben cuando uno está descontrolado y jugaran acorde a ello. Igualarán las mano marginal que nunca hubieran igualado si no estuviéramos descontrolados (se le debería hacerles lo mismo a ellos).
Los profesionales que se ganan la vida jugando la poker, saben cómo dejar pasar los bad beats y continuar jugando –aún cuando pierdan con ases en la mano. En la mesa final del WPT, primera temporada en Foxwoods Casino, Layne Flack y Phil Ivey se alternaban en el liderazgo de fichas y Howard Lederer les seguía.
“Yo trato de ir despacio, mano por mano”, Howard le contó en un reportaje a Shana Hiatt, una de las anfitrionas del World Poker Tour. Pero lo importante no es cómo Howard se enfrenta a la adversidad –el siempre está tranquilo– se trata de Layne.
En una mano clave que ayudó a Howard a subir en la escalera de premios, él subió $12.000 con Kp Jd. Layne igualó la subida con Ad Ac en la mano, una buena movida que los grandes jugadores a veces ejecutan. Esperaba atrapar a Howard más adelante y llevarse un gran bote.
El plan de Layne se complicó cuando el flop era Kd 3t Jp. Howard pasó y Layne apostó $12.000. Howard subió $5.000. Layne volvió a subir con todas sus fichas. Howard igualó inmediatamente haciendo all-in con su doble pareja de Reyes y Jotas. Entonces Layne tenía que conseguir As en el river o en el turn, o que hubiera una pareja con las cartas de la mesa para ganar un gran bote. Nunca pasó. Perder con ases es un golpe muy duro. Algunos jugadores habrían perdido su compostura y como resultado, despilfarrado muchas fichas.
Pero no Layne. Mientras Howard se llevaba una gran porción de sus fichas, Layne ni siquiera parpadeó, no dijo ni una sola palabra. Con mucha clase, se despreocupó del horrendo golpe, Layne terminó el torneo en segundo lugar. Howard lo ganó. Si aprendemos a enfrentarnos a la adversidad en la mesa de poker, ganaremos cada vez más fichas al final de cada sesión.
Jaime Alguersuari
PartyPoker.com

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