ARTICULO: Acerca de abandonar


No hay nada especial en abandonar. Por definición, abandonamos cuando la última mano finalizó. Cada vez que comenzamos en algún momento nos detenemos.
Tommy Angelo, en Elementos del Póker, escribió que cuando era joven tenía una simple regla. Abandonaría la mesa cuando se le acabara el dinero y nadie le prestaría más.
Mucha gente se siente cómoda sin tener ninguna regla para abandonar, siempre y cuando tengan un buen juego. No tengo ninguna queja acerca de esto. Si estás ganando en el juego, entonces no deberías abandonar.
Piensa por un segundo acerca de la famosa frase “el póker es acerca de decisiones”. Usualmente, las decisiones involucran pagar, retirarte y subir.
Pero hay otros: cuándo jugar, dónde jugar, cuándo moverse a otro asiento, otra mesa, otro juego, otra sala.
Agreguemos una: cuándo abandonar.
Los jugadores ganadores se retiran más disciplinadamente, pagan más cuidadosamente, y suben más apropiadamente. Tienen mejor habilidad para seleccionar los juegos, cambiar de asientos, mesas y salas y leer manos. En general, logran que sus oponentes se rindan.
Bueno, todo esto ya lo sabían, ¿no? Ahora vayamos a la pregunta difícil: ¿Por qué es tan difícil levantarnos de nuestros asientos?
No lo debería ser, ¿no? Como dijimos, abandonamos todo el tiempo; cada sesión finaliza así.
Bueno, aquí está la respuesta; puede ser que no te guste. Lo lamento.
Lo que te pega al asiento es la dopamina.
¿Dopamina? Si, dopamina. Es un neurotransmisor en tu cerebro que se asocia con recompensas como comida, sexo, drogas y dinero, y más importante, la anticipación de esas recompensas.
Cuando estás cansado, casi en bancarrota, cuando estás en tilt, y realmente deberías irte a casa, te detienes, miras alrededor, y dices “Bueno, una mano más y me voy”.
Esa es la dopamina en tu cerebro hablando.
Ahora imagínate que te levantas, y te vas. ¿Cómo te sientes? Yo, siempre me siento bien. No hay nada más que me retenga, no hay ninguna voz que me diga que me quede por una mano más. No hay más dopamina.
Cuando te paras, comienzas el proceso de eliminar el deseo de quedarte a jugar. Solo con pararte has cambiado el contexto.
Si te ayuda, te puedo decir que no estás solo en este problema.
Puedes dejar afuera todo gesto, regla, heurística y principio. Puedes poner límites de pérdidas o ganancias, de tiempo, pero nunca jugar cuando estás cansado, con fiebre o ansioso.
Fuente: Pokeruy
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